El Ministerio de Transporte y Obras Públicas ha visto su presupuesto
incrementado respecto a la Rendición de Cuentas anterior en un aproximado
de 400 millones de dólares, los cuales mayormente serán destinados a obras
viales, sin embargo, se desconoce el fin último de esos nuevos fondos.
Esta administración ha desarrollado e inaugurado varias obras a lo largo y
ancho de todo el país, gran parte de ellas proyectadas durante la última
administración frenteamplista, aproximadamente un 40% de las obras
ejecutadas por la actual administración. Sin embargo, al analizar las obras
proyectadas actualmente se observa que las mismas tienen como fecha
tentativa de finalización fines de 2024, no generando así el arrastre
consecuente hacia el gobierno entrante en marzo de 2025. Lo cual limita el
poder de acción de estos últimos al asumir con una deuda a pagar y con
menos posibilidad de generación de empleo e inversión, además para lo que
son las empresas y trabajadores del sector construcción una reducción muy
drástica de la inversión vial puede significar graves consecuencias.
Se identifica una práctica habitual en esta administración que es la de dejarse
llevar por impulsos privados en cuanto a que inversiones se han proyectado y
desarrollado por el MTOP, cuando no necesariamente el interés privado tiene
porque coincidir con el interés público.
Mayoritariamente la inversión nueva se ha canalizado a través de la
Corporación Vial del Uruguay (CVU) principalmente a través de la herramienta
fiscal del Contrato de Rehabilitación, Mantenimiento y Financiamiento
(CREMAF). Del total invertido, unos 700 millones de dólares se han invertido
bajo esta modalidad, que por la propia modalidad de esta herramienta no
entran en su totalidad dentro del ejercicio fiscal actual sino en los posteriores,
afectando el presupuesto futuro del MTOP. A diferencia de la herramienta de
Participación Pública Privada (PPP), los contratos del tipo CREMAF no se
encuentran regulados por lo cual su uso y limite quedan al poder de decisión de
la administración de turno.
Las buenas finanzas públicas tienen que ser algo certero y no solamente un
espejismo de una realidad falsa, solamente para cumplir una meta fijada de la cual en realidad se está bastante alejado. Felicito la inversión pública que el
país necesitaba, la cual como se dijo, es continuadora de un proceso iniciado
años atrás. Si nos tocara ser gobierno nuevamente, tenemos la obligación de
demostrar la responsabilidad fiscal que nos caracteriza e
invertir sin preocuparnos por las administraciones futuras, sin importar de que
partido sean.