El senador Mario Bergara consideró que la ley de reforma de la seguridad social que aprobó el gobierno “es injusta, porque toda la carga de la reforma la pagan exclusivamente los trabajadores” y estimó necesario apostar por “una nueva ley, mucho más justa, que obviamente también satisfaga la necesidad de darle sustentabilidad financiera al sistema y que tome en cuenta los cambios brutales que están habiendo en el mercado de trabajo, que la reforma del gobierno soslayó por completo”.
“Obviamente, si no gana el Frente la elección, no va a haber ningún cambio en ese tema”, señaló el líder seregnista entrevistado por Radio Montecarlo.
Bergara recordó que el FA estuvo unánimemente en contra, de la reforma de seguridad social que hizo este gobierno, por lo que en la propia discusión parlamentaria, los legisladores frenteamplistas propusieron “toda una batería de modificaciones a la ley, que fueron olímpicamente ignoradas”.
“El Frente definió unánimemente que había que hacer una nueva reforma por la vía legislativa, que pasaba primero por cambiar el mapa político, porque si no gana el Frente la elección, no va a haber ningún cambio en ese tema. Y después, llamar a un diálogo nacional a nivel del sistema político, a nivel de las organizaciones sociales, que nos lleve hacia una nueva ley más justa”, agregó.
Recordó que el propio programa del Frente Amplio “sostiene que tenemos que tener como objetivo hacer un sistema que dé garantía de los derechos, y que sea un sistema de seguridad social basado en tres pilares. Un pilar solidario, en donde la gente reciba algún tipo de pensión mínima, independientemente de sus aportes. Un pilar de reparto, como es hoy el del BPS, y un pilar de capitalización. Obviamente, para que alguien las administre, nadie lo tiene por qué hacer gratis. Ni siquiera el Estado lo hace gratis. Por lo tanto, yo creo que está claro que el esquema de la administración de los fondos de pensión por la vía de las cuentas individuales, va a continuar”.
Recalcó que si bien es lógico que se remunere la administración, “se debe tomar en cuenta que si hay ganancias extraordinarias y un lucro excesivo, tenemos que trabajar para que eso se limite. De hecho, en los gobiernos del Frente Amplio, las famosas comisiones de las AFAP se redujeron muy significativamente, pero todavía hay margen, quizás, para que eso suceda”, amplió.
Se mostró a favor de revisar algunos aspectos que fueron planteados en el plebiscito, “Con respecto a la edad mínima o la jubilación mínima, que estaban en la papeleta, nosotros no decíamos que estábamos en contra, decíamos que no nos parecía que eso tenía que estar en la Constitución. Lo mismo que equiparar… Entonces, yo creo que esos temas sí hay que revisarlos”.
“Ya en la discusión parlamentaria dijimos que no podíamos llevar, al barrer, a 65 años la edad mínima, porque hay sectores que no resisten eso y hay que verlo de manera más quirúrgica, si se quiere. O sea, que hay que volver a un piso de 60 años con incentivos para avanzar en la edad, porque obviamente la sustentabilidad del sistema requiere que todos aquellos trabajadores que efectivamente puedan trabajar algunos años más lo hagan”, expresó.
Para el legislador, el tema que estaba en la papeleta de la edad mínima, hay que volver a discutirlo en el marco de este diálogo y de una nueva ley. Y el tema de la jubilación mínima, lo mismo. “Es decir que hay cosas que estaban en la papeleta que es razonable discutir en este nuevo marco de manera tal que se manifiesten en una nueva ley de reforma”.
El senador hizo hincapié en la importancia que tendrá el diálogo para buscar acuerdos en este y otros temas relevantes para el país.
“Yo creo que el diálogo en un montón de aspectos es fundamental. Generar acuerdos políticos en cosas sustanciales angustiantes para la sociedad uruguaya me parece fundamental”, reveló y puso como ejemplo el tema de la seguridad.
“Nosotros como Frenteamplistas hemos marcado claramente nuestras discrepancias con las políticas de seguridad de este gobierno. Pero creo que nadie puede decir que lo hemos manejado como botín electoral. Al contrario, aún en un esquema donde discrepamos con las políticas planteadas, donde vemos resultados negativos en esa materia, seguimos diciendo que es imprescindible dialogar y buscar acuerdos en políticas de seguridad que no estén solo concentrados en la represión, sino que incorporen la prevención del delito, la inteligencia policial, la rehabilitación, la realización social, y el combate al lavado de dinero. Por eso, entre otras cosas, consideramos que Yamandú es la mejor opción para el país, porque encarna ese talante de búsqueda de acuerdos y de diálogo que nos está haciendo falta en Uruguay”, destacó.