Ante el horror en Israel y Gaza*

Un ataque terrorista que asesina 1.400 personas en unas horas sólo puede despertar horror y solidaridad. Masacrar a mansalva en kibutz y en ciudades, matar jóvenes que están en una fiesta, secuestrar más de 180 personas y convertirlas en rehenes no son actos políticos, son deplorables actos terroristas. A esas 1.400 personas muertas en Israel […]
20 octubre, 2023
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Un ataque terrorista que asesina 1.400 personas en unas horas sólo puede despertar horror y solidaridad.

Masacrar a mansalva en kibutz y en ciudades, matar jóvenes que están en una fiesta, secuestrar más de 180 personas y convertirlas en rehenes no son actos políticos, son deplorables actos terroristas.

A esas 1.400 personas muertas en Israel se suman 3.200 heridas y en la respuesta del gobierno israelí, al momento que escribo estas líneas, se informa de 3.000 personas muertas en la franja de Gaza y alrededor de 5.300 heridas.

El conflicto entre el pueblo judío y el pueblo árabe y, en las últimas décadas, entre el Estado de Israel y los palestinos es tremendamente complejo. Esa complejidad y la velocidad a la que ocurren los acontecimientos traen a la primera línea aquella frase atribuida a Esquilo, que vivió en Grecia hace más de 2.500 años, de que ‘la primera víctima de la guerra es la verdad’. Como contracara, y aún más en la época que nos toca, podría agregar que ello sólo debería exigirnos aún más rigor y compromiso a la hora de dar por buenas y difundir informaciones.

Los hechos no puedan interpretarse sin su historia, pero esto no significa, ni por asomo, que la historia justifique cualquier hecho. Nada justifica el terrorismo. Nada justifica atacar población civil.

El sábado 7 de octubre fue el día en que más judíos fueron asesinados desde el Holocausto. El Estado de Israel tiene todo el derecho a su defensa y a garantizar su seguridad, pero debe hacerlo en estricto apego al Derecho Internacional Humanitario, no afectando a la población civil en Palestina.

Israel obtuvo en los últimos 3 años el reconocimiento de tres países árabes (Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos) y estaba en avanzadas negociaciones con Arabia Saudí en el mismo sentido, negociaciones que quedaron enterradas bajo cadáveres y cenizas en pocas horas.

Hamas, considerada una organización terrorista por muchos Estados democráticos, ni siquiera reconoce al Estado de Israel y proclama su destrucción. Las organizaciones terroristas y, a otro nivel, la ultra derecha israelí se retroalimentan en un siniestro círculo vicioso, y las víctimas son los pueblos palestino e israelí.

Es posible que se considere que, desde Uruguay, poco y nada podemos incidir en términos prácticos. Pero algunas ideas fuerza deberían guiar nuestro posicionamiento. Y confío en que el histórico prestigio de nuestra diplomacia pueda contribuir.

Condenar los actos terroristas, clara e inequívocamente, en primer lugar.

La solidaridad con las víctimas y sus familias, tanto israelíes como palestinas.

Deberíamos hacer un claro llamamiento para la liberación inmediata del centenar de rehenes que Hamas tiene en Gaza.

Deberíamos hacer un llamado a los Estados de Israel y Egipto y a las Organizaciones Palestinas para el establecimiento de un cordón humanitario que permita el acceso de agua, comida y medicina a la franja de Gaza.

Deberíamos hacer un llamado para que ningún civil sea usado como escudo humano. Y, por cierto, a que una investigación independiente establezca hechos y responsabilidades en torno a la explosión en el hospital Al-Ahli en Gaza.

Deberíamos hacer un llamado para que los civiles de la ciudad de Gaza que deseen puedan trasladarse al sur de Gaza.

Deberíamos hacer una exhortación a los gobiernos de Israel y Palestina al reconocimiento recíproco y respeto mutuo, en consonancia con las resoluciones de Naciones Unidas. De hecho, deberíamos expresar nuestro apoyo a la propuesta de resolución que Brasil planteó en el Consejo de Seguridad de la ONU y que fue, lamentablemente, vetada por los Estados Unidos

Le robo una frase a Jorge Drexler: ‘el castigo colectivo no hace más que crear más odio y más dolor, y prepara otra generación que mame más odio y más dolor.’ Mientras no se logre salir de ese círculo vicioso de agresión y muerte, ni palestinos ni israelíes, ni israelíes ni palestinos, podrán tener una paz duradera.

Escribe Gustavo ‘Tato’ Olmos. Diputado del Frente Amplio, perteneciente a Fuerza Renovadora.

* Columna de Opinión publicada en Uy Press el 20/10/2023:

https://www.uypress.net/Columnistas/Gustavo-Tato-Olmos-uc132344

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