“La historia política del Uruguay no sería comprensible sin la presencia y sin la historia del Frente Amplio. Al mismo tiempo, la propia vida del Frente Amplio constituye el cerno, la historia misma del Uruguay, en el transcurso de estas largas últimas décadas”.
Así se expresaba el Gral. Líber Seregni, allá por abril del año 2000, en ocasión de la presentación6 de un libro sobre la fuerza política de la que fuera fundador y presidente histórico.
“Para los que de una forma u otra hemos sido durante todo este proceso agonistas del hacer del Frente, a veces desde posiciones de protagonistas y otras como simples integrantes de la fuerza política, la elaboración de textos escritos sobre una creación política tan especial, tan única, tan particularmente nuestra” –y agregamos nosotros, tan identificada con nuestra idiosincrasia nacional, con nuestra “forma de sentir, de hacer y de ver” la realidad- “como fue y como es el Frente Amplio, nos resulta imprescindible”, decía Seregni.
“Claro que, cuando se trata de plasmar la historia que hemos vivido y estamos viviendo, cada uno tiene su óptica, su aporte, su vivencia. Porque la historia en sí, no es una cosa única basada simplemente en documentos, o en testimonios, o en declaraciones. La Historia es fundamentalmente, un complejo donde suman y encuentran satisfacción las historias y las participaciones de los miles de gentes que intervienen en los procesos sociales”.
“No alcanzaría, no alcanza entonces, con la simple publicación de los documentos del Frente; habría que englobar en esa Historia, en esa relación de los hechos que aspiramos reflejar, las participaciones de todos los que de una forma u otra contribuyeron a ella; a dar forma y contenido a esta expresión social y política, a esta forma de concebir la vida que, en nuestro caso, constituye el Frente Amplio. De forma tal que cada quien encuentre su lugar de referencia, su lugar de ubicación, en esta memoria colectiva que estamos escribiendo entre todos. Que todos tengamos un punto de referencia y podamos decir: “en aquella oportunidad a mí me pasó tal cosa”, o “yo tengo tal recuerdo de aquella circunstancia”. Porque para cada uno de nosotros la historia tiene puntos de referencia muy concretos, muy ligados al quehacer de cada persona, que lo vinculan en ligazón estrecha con la propia historia -en nuestro caso reitero- del Frente”, sentenciaba el General Seregni.
Esta valoración política sobre la Historia, sobre la construcción social, sobre la identidad colectiva nacional enfocada desde la experiencia individual de cada compatriota –trasladable, por cierto, a todos y cada uno de los partidos que conformamos la institucionalidad del país-, la vimos expresada hace pocos días, en su versión más acabada, en su expresión más emotiva, en la instancia de conmemoración de la “jornada del Obelisco”, del 27 de noviembre de 1983. Donde cada uno de nosotros, desde lugares, circunstancias, banderas e ideologías diferentes, nos vimos transportados y vibramos nuevamente -como entonces- con aquel impresionante “Río de Libertad”; con aquel mojón histórico colectivo, plural, pero a la vez y al mismo tiempo íntimo y personal, del que todos nos asumimos constructores. Y del que, ¡oh paradoja de la vida!, Seregni no pudo participar por encontrarse aun injustamente prisionero de la dictadura cívico-militar.
Es esa estatura humanista, esa visión estratégica suprapartidaria y atemporal, esa búsqueda de los imprescindibles consensos que hacen a las grandes políticas y, fundamentalmente, ese intrínseco compromiso con la paz y la pacificación -abstinente de revanchismos, impregnada de justicia-, que trascienden al Gral. Seregni por encima de cintillos y de divisas políticas.
El Gral. Líber Seregni integra, sin duda, ese núcleo de “almas” excepcionales que canta Zorrilla de San Martín, capaces de dar identidad, sentido de pertenencia, simbología y compromiso a ideales, actitudes, fundamentos éticos, inquietudes y objetivos generacionales, que se entrelazan y conjugan en una forma comunitaria de entender y dimensionar la vida.
Al cumplirse 107 años del nacimiento del Gral. Líber Seregni, vaya nuestro recuerdo eterno y emocionado al entrañable compañero, al legado de su alma sensible y paternal, a su sabiduría ajena a toda vanidad, a su liderazgo político y espiritual que nos acompañará por siempre y, fundamentalmente, a su esencia humanista, sensible a las vibraciones de nuestro pueblo.
Escribe Liliam Kechichian. Senadora del Frente Amplio, perteneciente a Fuerza Renovadora.
