«El 19 de marzo Bethel entra en Carcel Central a las tres de la tarde para una visita rutinaria a su padre. El rumor de que Seregni podía ser liberado circulaba desde hacía 48 hs. y un grupo de jóvenes ya acampaba en los canteros de Bulevar Artigas», tal el relato de Blixen en el libro «Seregni. La mañana siguiente»
El 19 de marzo se cumplirán 40 años de la liberación del Gral. Liber Seregni.
A las 17:45 Seregni salía del estacionamiento de Cárcel Central en una foto memorable de nuestra historia reciente, acompañado por sus dos hijas en una camioneta «Brasilia» color blanco.
Las horas siguientes estarán pobladas de palabras y gestualidades determinantes en la reconstrucción política y espiritual de la sociedad uruguaya y muy especialmente en el talante y el posicionamiento político de nuestro Frente Amplio.
Frente a unas 20 mil mujeres y hombres expectantes Seregni habló de paz, de futuro y reafirmó la necesidad de la amnistía de los presos políticos como condición de la pacificación.
Miles de jóvenes, que no habían llegado a verlo ni a oírlo antes de la larga noche de los 11 años, lo escucharon reivindicar al Frente Amplio como herramienta de cambio y todos en sus casas, pegados a la radio, se sienten un poco «obreros de la construcción de la Patria y del futuro país».
El seregnismo —que tanto nos incluye y nos representa— ha trascendido al hombre e incluso a su tiempo. y hasta su fuerza política
El seregnismo es un patrimonio intangible de la sociedad y el civismo uruguayos que nos interpela y recuerda la centralidad de la búsqueda incansable de los grandes acuerdos nacionales, el valor del consenso y del diálogo.
El seregnismo en absoluto implica dar vuelta la página sino por el contrario ser capaces de conocer y asumir la historia, construir ciudadanía con memoria; sin rencores menores. Todo lo contrario. El seregnismo es la grandeza de la mirada clara y las luces largas.
La reapertura democrática y la reconstrucción cívica de nuestra doliente sociedad uruguaya le deben al Gral. Seregni un inmenso esfuerzo y compromiso en la tarea del reencuentro ciudadano y el diseño de un camino común sin presos ni proscriptos, con verdad y memoria, con unidad en la diversidad y muy especialmente, en paz.
La victoria mayor del pensamiento y la mirada preclara del Gral es que hoy hay jóvenes que se sienten seregnistas, mucho de ellos no eran ni nacidos cuando su muerte. Como ocurre con el artiguismo o el batllismo, el seregnismo es un modo de concebir la política y la construcción de ciudadanía.
Nada de lo ocurrido en el Uruguay y en nuestro Frente Amplio en estos 40 años son ajenos a aquella tarde, ni a las horas que sobrevinieron. El triunfo nacional del Frente Amplio —que Seregni no llegó a ver pero si sentir—hunde en aquellas horas sus raíces.
En su pensamiento, su vida y su obra seguiremos buscando las respuestas que nos faltan. Quienes tuvimos el infinito privilegio de ser parte y quienes hoy lo descubren con entusiasmo.
Finalmente, acudo a sus palabras que sintetizan mejor que nadie el único camino que creemos posible:
«Paciencia, firmeza y optimismo porque le debemos al futuro todo nuestro esfuerzo para hacerlo luminoso”.
Mario Bergara
Senador